SOMOS LO QUE ESCONDEMOS TRAS LAS MÁSCARAS
Todos tenemos máscaras, incluso las personas aparentemente más autenticas y las que afirman no tenerlas…, ¡también las tienen!
Si no eres consciente de ello y mucho menos eres capaz de identificarlas, simplemente te falta AUTOCONOCIMIENTO. La primera vez que me hablaron de las máscaras me asusté, lo reconozco, lo sentí como algo oscuro. No podía evitar relacionarlo con la mentira y la ocultación. Con el tiempo entendí que nada tiene que ver y que tienen su práctica función.
qué son las máscaras
Las mascaras son nuestro YO adaptado al entorno. Muchos os reconoceréis siendo de una determinada manera en el entorno laboral, de otra diferente con la familia, con las diferentes parejas a lo largo de la vida o los amigos. O quizá no tanto en entornos como en situaciones. Utilizar la frivolidad en momentos de máxima vulnerabilidad para no sentirte tan expuesto o aparentar ser sociable y simpático a pesar de ser introvertido y de naturaleza tímida son ejemplos de comportamiento adaptado.
Por supuesto, las máscaras son creadas desde el Ego. Son los personajes que has creado impulsado por las creencias limitantes más profundas de tu psique. Esto no es bueno ni malo, como todo en la vida depende del uso que le des, la consciencia que pongas en ello y desde qué lugar lo hagas. Lo que sí quiero dejar claro, una vez más, es que el Ego no es el enemigo y este es un claro ejemplo de cómo podemos usarlo a nuestro favor.
Cuál es la diferencia entre máscaras y Ego
Aunque muchas veces se dice que el Ego es el Yo mental (yo no estoy tan de acuerdo), no debemos confundirlo con las máscaras aunque estén relacionados entre sí. Como ya he mencionado en anteriores post, el Ego es esa vocecilla que evalúa y enjuicia y por tanto distorsiona nuestra percepción de la realidad. Sin embargo, las máscaras son esas personalidades ficticias listas para ser representadas bajo el yugo de las interpretaciones que realiza tu Ego y cuya base es siempre el miedo. Es decir, están creadas para mantenerte en una falsa seguridad.
Ahora bien, el problema aparece en el momento que ni siquiera tú eres capaz de diferenciar qué es máscara y qué no.
Cuando trabajo en procesos de autoconocimiento y pregunto ¿quién eres?, la inercia es responder aquello que nos clasifica socialmente. Cuando insisto en la pregunta, es cuando surge el maravilloso momento que yo llamo “stop cognitivo”. La mayoría de las personas reaccionan como si les hubiera hecho la pregunta más compleja de su vida. Insistiendo en el tema reformulo,” ¿quién eres tú en esencia?”.
Tu esencia
La esencia es lo que queda cuando las máscaras han desaparecido. Cuando estás a solas y nada hay que representar, ocultar o proteger porque no hay miedos ni juicios. Es lo que queda cuando el cuerpo mental y emocional no tienen nada que añadir. En realidad tiene muchos nombres; Alma, Consciencia, Espíritu, La fuente…Es algo intangible pero lo es absolutamente todo.
Es importante poder identificar las máscaras para poder volver a nuestra esencia, de lo contrario sería cómo no saber volver a casa y pasarnos la vida de hotel en hotel; por muy cómodo y confortable que estos pudieran ser siempre nos sentiríamos desarraigados.
Qué sucede cuando nos desconectamos de nuestra esencia.
Cuando nos desconectamos de nosotros mismos básicamente entramos en incoherencia. Es decir, es imposible estar alineados en lo que hacemos, pensamos y sentimos si no sabemos quiénes somos realmente.
A veces no es sencillo definir quién eres si no te lo habías cuestionado hasta el momento. Pero quizá sí puedas identificarlo con más facilidad si vamos quitando las máscaras de una en una.
Para ello mi consejo es que analices lo siguiente:
- Cuáles son tus “tengo que” y “debe ser”. Creencias de cómo deberías ser y/o comportarte por lo socialmente preestablecido o bien por tu entorno más cercano o cultural.
- Entornos de hostilidad. Grupos sociales (trabajo, parejas, amigos, familia…) en los que sientas que no puedes ser tu mismo ni obrar de manera natural.
- Momentos de vulnerabilidad en los que sientes miedo a ser dañado y eso te impide expresarte con sinceridad.
conclusión…
Las máscaras pueden ser una estupenda herramienta para proteger tus emociones en momentos determinados, pero debes tener en cuenta que es necesario dejar espacio para la vulnerabilidad, pues es ahí donde encontrarás tus sombras y la oportunidad para afrontarlas y crecer.
Cuando hay una tormenta, los pajaritos se esconden, pero las águilas vuelan más alto.
Atrévete poco a poco a desnudarte y dejar que te vean tal cual eres, pues ahí se encuentra la verdadera belleza del ser humano y podrás sentir de nuevo el calor del hogar.