Para empezar… ¡pongámonos en contexto!
Ser auténtico no tiene nada que ver con ser diferente, aunque hoy en día ser coherente con lo que eres, sientes y piensas posiblemente termine por tener ese resultado.
Tampoco tiene nada que ver con ser sincero o decir siempre lo que piensas. De hecho, la sinceridad, desde el punto de vista de decir todo lo que se nos pasa por la cabeza, debería ser revisada; por no decir que está sobrevalorada. Teniendo en cuenta que gran parte de lo que pensamos está basado en creencias propias poco objetivas, sería mejor pensarlo dos veces antes de hablar.
La autenticidad no es una cualidad con la que naces, es una forma de vida que requiere una gran responsabilidad con uno mismo. Por lo tanto, no puedes heredarla pero sí aprenderla. Aunque ya os advierto que es algo más complejo de lo que a priori pueda parecer ya que hay ciertas creencias sociales acerca de la autenticidad que nos confunden, al igual que sucede con el ego; ambos están socialmente mal entendidos y tan solo nos quedamos con una idea superflua de lo que en realidad significan.
Por supuesto la coherencia es la base de la autenticidad; coherencia entre lo que somos, sentimos, pensamos, decimos y finalmente hacemos.
¿Y dónde recae la complejidad?
Las emociones están precedidas de pensamientos, es decir; cualquier pensamiento, consciente o inconsciente, da lugar a una emoción positiva, negativa o neutra. Estas emociones están sostenidas por creencias, bien por experiencias anteriores o inculcadas por nuestro entorno. En cualquier caso son condicionantes.
Esto puede llegar a confundirnos si no somos conscientes de nuestros procesos internos y aprendemos herramientas para desbloquearlos.
La principal complejidad es el desconocimiento de quiénes somos. Para ello necesitamos conectar con nuestra esencia y romper un montón de creencias de las que ni siquiera somos conscientes.
Por lo tanto, todo lo que hacemos y decimos está directamente condicionado por lo que sentimos y pensamos y tan solo las personas con alto nivel de consciencia y autoconocimiento pueden realizar un proceso de autenticidad con coherencia.
Pero como por algún sitio hay que empezar, ahí van algunas claves para comenzar a trabajar la autenticidad. Aunque si realmente queréis llevarlo a otro nivel, os recomiendo que os tiréis en paracaídas a un auténtico proceso de autoconocimiento. Y digo paracaídas porque realmente es tan excitante como vertiginoso.
Cómo conectar con la autenticidad
Suelta la necesidad de control y perfección.
Ambas son sensaciones ilusorias, no existen.
Libérate de los estereotipos.
Están creados por la sociedad y la mayoría no tienen nada que ver contigo ni tu esencia.
Sé creativo
Estamos tan condicionados que nos cuesta realmente pensar “fuera de la caja” y precisamente “fuera de la caja” es donde encontrarás grandes respuestas.
Sé HONESTO contigo mismo.
La honestidad es importantísima, pero nunca podrás ser honesto con los demás si antes no lo has sido contigo mismo y aceptas realmente tus deseos.
Pon en valor tus VALORES
Valga la redundancia, y llévalos como bandera. Haz una lista con ellos, interiorízalos y tenlos siempre presentes.
Asegúrate de estar en INTEGRIDAD.
Cuando tengas duda, pregúntate si tus actos cumplen los términos morales que te has marcado, incluida la coherencia de los mismos.
Practica el diálogo interno positivo.
Esto, como cualquier proceso, es ensayo-error, así que trátate con cariño. Así como de bien te hables a ti, hablarás a los demás.
Relativiza las críticas externas.
Cualquier cambio que hagas puede confundir o incluso disgustar a otras personas. No puedes gustar ni complacer a todo el mundo y tampoco has venido al mundo para eso.
Haz una lista de las cosas que te gustan y nunca te decidiste a mostrar.
Todos tenemos gustos o aficiones que nunca hemos mostrado. No te digo que las muestres todas, entiendo que algunas pueden ser vergonzosas, pero atrévete a sacar algunas a la luz, te sentirás más tú y te dará seguridad.
Siéntete libre para cambiar de opinión cuando así lo consideres.
No somos seres estáticos, estamos en constante cambio y reconocimiento. Acepta esto como parte del proceso.