Conceptos como la autogestión, autocontrol o disciplina están hoy a la orden del día.

A priori son conceptos positivos que debemos aplicar y potenciar en nuestra vida de cara a conseguir objetivos y metas. Sin embargo en ocasiones, la incapacidad de llevarlos a cabo produce depresión o cierto tipo de trastornos. De hecho, el exceso de autocontrol está estrechamente relacionado con comportamientos obsesivos compulsivos, trastornos de alimentación y fobias.

Así que…¡esto es importante!

Un gran ejemplo de esto es la presión que nuestra sociedad ejerce, principalmente en la mujeres, por la exigencia de perfección física. Niñas de 12 años que no comen por alcanzar su peso deseado, adolescentes que pasan por quirófano o personas que pasan largas horas de duro entrenamiento físico tan solo por gustar a otros.

Pero no sucede solo con “la belleza”, también con la eficacia profesional o intelectual, incluso en las áreas más personales. Gestionar correctamente el tiempo y mantenernos constantemente ocupados, ampliar nuestro conocimiento de forma continuada, destacar en nuestras áreas de trabajo, ser productivos y eficientes, son algunas de las obligaciones que nos marcamos en esta competitiva sociedad. Incluso a nivel personal y social hemos llegado a un alto grado de exigencia de ser, o parecer, buenas personas, honrados y educados.

Os suena…¿verdad?

Lo sé, muchas os sentís identificadas

En definitiva, no pasa nada por ser guapas, inteligentes, profesionales, empáticas y simpáticas.

¡lo malo es la obligación de serlo!

Pero ¿qué pasaría si nadie nos observara?, ¿si no tuviéramos que medirnos con otros y nadie pudiera juzgarnos? Pues la respuesta es que somos más sociales cuando el “Big Brother” nos mira. Conclusión a la que llegaron algunos científicos como Ernst Fehr o Daria Knoch, después de varios estudios sobre las diferencias de comportamiento humano en base a si se está o no siendo observado.

Como he mencionado anteriormente, el autocontrol es positivo, auto-regular las emociones sin caer en patrones erráticos o nocivos es bueno…pero debemos estar atentos a las señales para saber si nos estamos excediendo.Lo más recomendable es que escuchemos a nuestro corazón, o mejor dicho, a los marcadores somáticos.

Los marcadores somáticos

Son impulsos emocionales que aparecen de forma espontánea cuando nos imaginamos una situación.

Miedo, agobio o parálisis son algunos de ellos, en este caso negativos; alegría o serenidad serían positivos.

Por supuesto estas sensaciones están ligadas a experiencias y somos nosotros mismos los que le damos una valoración positiva o negativa. Acciones como conducir, trabajar durante muchas horas, o hacer dieta, podrá ser agradable o desagradable dependiendo de la persona.

Si lo que deseas es conseguir objetivos a largo plazo, el autocontrol bien gestionado a corto plazo es tu gran aliado, para ello te dejo algunas recomendaciones bastante útiles:

Maneras de mantener el control de manera saludable

 

El alcohol disminuye la capacidad de autocontrolarse.

 

Tenemos demasiadas cosas en la cabeza y lo mejor es canalizar tu energía en la meta.

 

Una buena práctica para aumentar el autocontrol es la meditación. La gente que medita sabe centrarse mejor en el “aquí y ahora“ y no se distrae con tanta facilidad.

 

Si te ha costado mucho realizar una tarea, probablemente tengas menos autocontrol para la siguiente. A lo largo del día se pierde autocontrol, por eso muchas veces es por la noche cuando caemos en tentaciones en las que no queríamos caer.

 

El cerebro cree lo que tú le cuentas y es la herramienta más potente que tienes, en serio, ¡úsala a tu favor!

 

“Si alguien me ofrece un cigarro, lo rechazo”. Hay que crear un vínculo entre el momento crítico y tu respuesta.

Primero formamos los hábitos y luego ellos nos forman. Conquiste sus malos hábitos o ellos los conquistaran a usted.

Rob Gilbert

 

Vivimos en una sociedad muy exigente y cada vez esperamos más los unos de los otros, también de nosotros mismos. Trabajar demasiado, hacer mucho deporte o comer siempre sano, no tiene sentido si no nos sentimos felices con ello. Escuchar a nuestros marcadores somáticos nos ayudará a identificar nuestras metas de las ajenas, y saber si estamos en el camino correcto.

Inma Brea